En el mes de diciembre de este año, se llevarán a cabo las elecciones para renovar autoridades de la Liga Posadeña de fútbol.
Hasta el momento no aparece una oposición firme para hacerle frente a Luís María Valdovinos, al margen, de algunas conversaciones de entre casa que se producen entre distintos dirigentes buscando un eventual candidato.
El actual Presidente se encuentra en el cargo desde Abril del año 2.003, gracias al fuerte apoyo que recibió del club Guaraní Antonio Franco, Mitre, Huracán, Brown, Tigre y Candelaria.
En esa oportunidad las instituciones buscaban desplazar al Ingº Luís Alcaraz.
Primero, sonaba fuerte el nombre de Humberto “Tono” Pérez como sutituto, pero se decidió darle el apoyo a un hombre de extracción “PUERTISTA” y vinculado con el modesto club Sporting de Santo Pipó.
Luego de ser electo y acomodarse en el sillón de Catamarca 165 comenzó a realizar su trabajo. Pero, la tranquilidad se rompió cuando la Mutual de Crucero del Norte decide afiliar a un equipo para que participe en los torneos locales.
Valdovinos apeló a todas las artimañas y estrategias posibles para dejar mal parado a los supuestos rivales directos de Guaraní desde ese momento.
Los encontronazos comenzaron con discusiones menores y terminaron con cruces y entredichos de alto voltaje.
Todo eso, aparentemente quedó en el olvido, ahora gracias a la Gestión de un ex Guaraní Oscar Rodriguez quien actualmente se desempeña en la empresa, todo se compuso y el acercamiento de las partes se concretó.
La pregunta que nos hacemos en este momento es; como queda parado Guaraní ante esta situación?
Recordemos, como se dirigía Crucero mediante su página hacia el Presidente de la Liga cuando las relaciones no andaban nada bien.
“La causa se inició el 17 de septiembre del año pasado, cuando hinchas del club franjeado rompieron carteles y sanitarios. Mientras el reclamo duerme en la oficina del dirigente, otra causa se abrió el 11 de marzo último, con carteles quemados y entradas impagas "
Pasaron 203 días de aquella tarde del 17 de septiembre de 2006, cuando en el estadio Andrés Guacurarí de Garupá, se jugó un nuevo capítulo del clásico misionero entre Crucero del Norte y Guaraní Antonio Franco.
En aquella oportunidad, dos goles de David Bareiro le dieron la victoria al equipo de Salinas, que después se encaminó hacia la clasificación. Pero esa misma tarde, los hinchas de Guaraní jugaron otro partido, el de los violentos que rompen todo como si un daño material importante, puede modificar un resultado deportivo.
Visiblemente molestos por la magra producción de su equipo y con el por entonces entrenador franjeado, Andrés Padrón, carteles publicitarios y sanitarios, fue el blanco de los ataques de esos energúmenos que se hacen llamar hinchas.
Cuatro días después de los destrozos ocasionados por los “simpatizantes” del club de Villa Sarita, la Asociación Mutual del Personal de Crucero del Norte, elevó una queja formal ante Luis María Valdovinos, titular del ente que rige el fútbol capitalino, pidiendo que Guaraní reciba una sanción por los daños causados en el club Colectivero, además de correr con los gastos de reparación de baños y cartelería.
Pasaron los meses, siguió la disputa del torneo Argentino B, Valdovinos siguió tratando temas de “interés” en la Liga y “olvidó” ocuparse del pedido del club Crucero del Norte.
Luego sobrevino la campaña electoral, que confrontó al actual presidente con la propuesta de la oposición que llevaba como candidato a Miguel Salinas. Y como corresponde a un órgano que se jacta de ser “democrático”, se realizaron las elecciones y Valdovinos se mantuvo en su cargo.
Una vez que todo volvió a la normalidad, comenzó el torneo Clausura del Argentino B y se retomaron las reuniones de Consejo Directivo y Tribunal de Disciplina, el club Crucero del Norte hizo llegar a manos de Valdovinos, otra nota recordatoria del pedido del pasado 21 de septiembre de 2006.
Ese escrito ingresó el 27 de febrero de 2007, como para que el pedido de sanción y el reclamo del dinero para solventar los gastos de los destrozos ocasionados por las barras franjeadas, no quedaran en el olvido y no se “traspapelara”. A casi un mes del segundo requerimiento, Valdovinos se niega a tratar el tema.
Segundo round
Mientras las solicitudes formales de Crucero dormían en el cajón del escritorio de Valdovinos, el torneo Argentino B continuó su marcha y el pasado 11 de marzo de 2007, volvieron a cruzarse en el Palacio de Santa Inés colectiveros y franjeados.
Esta vez el resultado fue 2-2 pero como para no mezclar lo que pasa en la cancha con su propio accionar, esta vez los hinchas optaron por mostrar su “obra”, antes, durante y después del partido.
Camino a la cancha los “simpatizantes” de Guaraní, atacaron con piedras un colectivo que cumplía el recorrido Posadas-Virasoro, lesionando a un pasajero.
Y ya en Santa Inés, violentaron el portón de acceso del público de visitante, ingresaron sin abonar la entrada y quemaron carteles de publicidad.
A raíz de estos violentos episodios en los que Crucero sólo fue víctima, porque jamás sus socios responderán con agresiones una actitud semejante, presentó la queja formal ante Valdovinos por los destrozos que generaron estos vándalos identificados como hinchas de un club de fútbol como Guaraní, reclamando una vez más los gastos que tuvo que afrontar por carteles quemados y portones violentados.
Pero hasta el momento, Valdovinos no responde. Luis María Valdovinos es el mismo dirigente que se puso al frente de la dirigencia de Guaraní, para reclamar más lugar para los hinchas en el partido del pasado 11 de marzo.
Y es el mismo dirigente que no atiende los reclamos de Crucero.
Valdovinos es el mismo dirigente que cuando tuvo que remover cielo y tierra, viajar incansablemente a Buenos Aires para conseguir una sanción contra Crucero, no le importó tiempo ni distancias.
Pero cuando el que reclama justicia es el club de Santa Inés, Valdovinos no se interesa, no lo trata y hasta dice que lo desconoce.
Mal que le pese a Valdovinos, la Asociación Mutual del Personal de Crucero del Norte es un club que representa a la Liga Posadeña de Fútbol en un torneo Argentino y exige el mismo respeto y criterio que Guaraní, La Picada, Tigre de Santo Pipó o San Patricio, también integrantes del staff de equipos que desde la presidencia de la Liga él dirige.
Crucero no pide un tratamiento especial ni mucho menos, sólo pide igualdad de condiciones, más allá de que para Valdovinos Crucero del Norte todavía no haya acumulado méritos suficientes como para jugar en la Primera A de la Liga.
La Mutual realizó una inversión económica muy grande para tener el estadio más coqueto y moderno de la región, como para que un puñado de hinchas de otro club de fútbol destroce todo en un par de horas.
Pero hasta el momento van 203 días sin respuesta.
¿Cuántos días más pasarán hasta que Valdovinos encuentre los papeles en los que Crucero pide justicia?.
No pensábamos que iba a llegar a 200, pero si.
Ya lo superó. ¿Cuánto más hay que esperar?
www.clubcrucerodelnorte.com.ar