El día después...

Guaraní Antonio Franco no pudo en el campo de juego romper con la hegemonía del “karma” Crucero del Norte, perdió 3 a 2.

Lo del final fue “bochornoso” desde todo punto de vista. Quedó demostrado algo muy importante, la preparación mental y psicológica de algunos de los futbolistas que protagonizaron semejante desorden en Cancha de Crucero no está a la altura de la alta competencia.

No midieron en ningún momento las consecuencias que pueden traer esas actitudes a sus propias instituciones. La inquietud, el estrés, el nerviosismo, la tensión, sino son  bien administradas por el futbolista, deriva en un descontrol demostrando la otra cara de un ser humano que hasta ese momento daba la sensación de ser cauto, tranquilo y metódico.

Al margen de un resultado adverso, hay que estar preparado para todas las contingencias, porque en el fútbol no hay lógica, los resultados van y vienen.

Pero si los protagonistas principales, (cuerpo técnico, dirigentes, jugadores) no están preparados para soportar las presiones, todo termina en lo que se vio ayer en cancha de Crucero del Norte.

Perder un partido no significa perder el campeonato. Pero hay que medir las consecuencias posteriores. Es una lástima que todo se desvirtúe, ahora habrá que esperar el informe del veedor del partido para conocer el fallo y lo que podría suceder con las sanciones.

Pero al margen de todo esto, podemos afirmar que nada va a cambiar, sino se toma una medida en el propio seno de los clubes involucrados.

Los dirigentes si realmente tienen “huevos” y quieren (como pregonan) cambios y  mejorar todo esto, tienen que dar el ejemplo sancionando por actos de indisciplina a los que produjeron tanto descontrol.

De nada sirve salir ahora a utilizar los medios para actuar como la inocente “caperucita roja” culpando a los otros de lo acontecido y justificándose. Si las medidas no se adoptan internamente, esto empeorará sin lugar a dudas.

Decíamos con anterioridad  que los dirigentes son los grandes culpables y lo volvemos a ratificar, por no enseñar en sus clubes educación, honestidad, tolerancia.

Si el padre de familia falla en la enseñanza, que podemos esperar del resto, más si se apaña las agresiones, dando una imagen patética y vergonzosa.

Se rasgan las vestiduras unos y otros, hablando del semillero constantemente y de lo que ofrecen a los jóvenes sus instituciones, que tienen muchos chicos en las divisiones inferiores, que son el futuro de este deporte, bla, bla, bla…

¿ Este es el ejemplo que le dan a la “gurisada”.?  ¿Este es el espejo donde los chicos se están mirando?

Lamentable.

En la cancha, Guaraní perdió nuevamente y aquí también debería haber un replanteo de todo lo sucedido.

El pueblo futbolero no soportaría un nuevo fracaso, otro más en casi diez años de gestión de los actuales dirigentes.