Guaraní Antonio Franco, volvió a decepcionar. No le pudo dar una alegría a su público. Nuevamente careció del corazón, la garra, el temperamento y la fuerza de voluntad que fue el D. N. I de “La Franja” por mucho tiempo.
La historia golpea y es una pesada mochila para los futbolistas de esta época.
Pero de todas maneras, el tiempo les brinda una oportunidad de redimirse partido tras partido.
A pesar de la masiva concurrencia y del apoyo incondicional de su gente, no lo pueden hacer.
Muchas cosas se pueden decir, es fácil hacer leña del árbol que se cae. Como fue fácil también idolatrar a jugadores que sabemos no estaban rindiendo de acuerdo a la chapa que supuestamente tenían.
Lo más coherente en este momento, es no ir a los extremos.
Pensemos que todavía se puede llegar a la clasificación.
Pero, no es fácil, los puntos perdidos en casa son casi imposibles de recuperar.
El hincha, entiende que existe una efímera esperanza, porque siente la camiseta y los colores.
Cosa que en determinados momentos fue el déficit de algunos jugadores de este equipo.
Lastimosamente, quedo demostrado que los aficionados no juegan. Ofrecen el aliento, el respaldo, la pasión.
Esto no es determinante, pero ayuda a lograr un resultado positivo algunas veces. Si esto no funciona, puede ser porque el adversario de turno es superior.
Lo sorprendente es ver que un partido se pierde no por ser inferiores, sino por no hacer nada para ganarlo.
Este domingo la cita será en un estadio muy complicado, el rival uno de los punteros, Central Córdoba de Santiago del Estero.
Todo siempre dependió de Guaraní, no le pudo ganar a Crucero, le empato a Central Norte.
Un punto de visitante en esta oportunidad no sabemos si será beneficioso, solamente el triunfo lo puede acomodar arriba en la tabla sabiendo que los dos encuentros finales lo juega en Villa Sarita.
Pero…esto no presume que pueda obtener el pasaje a las finales.
Nada esta cerrado, el crédito sigue abierto, solo que el margen es cada vez mas estrecho.